En el año 2002, una muchacha iba por la carretera, cuando notó que su coche se detuvo sin motivo alguno.
Al bajarse para revisar si todo estaba en orden, un gato negro pasó por delante de ella. Una casa color turquesa en la mitad de la nada llamó su atención.
-D..Disculpe por molestar a esta hora de la madrugada.
-No es nada hija, no dejaría que pasaras frío allá afuera.
-S-Sí. Gracias... ahora, si no le molesta... quisiera descansar un poco.
-Puedes pasar a la habitación de invitados.- La gentil señora señaló con su dedo índice hacia el sótano. Al principio, me resultó un poco extraño, pero como estaba demasiado cansada solo asentí con la cabeza.
Me dirigí hacia el sótano, apenas entré en él, noté una atmósfera diferente, se sentía aún más frío.
Arriba de la cama había un cuadro grande, me sorprendí al ver a una joven y un bebe supuse que era ella y su hija.
Estaba muy cansada, me recosté y lentamente caí en un profundo sueño.
Desperté sin una pizca de sueño, al mirar por la pequeña ventana del sótano, pude notar que aún era madrugada. Repentinamente oí el chirrido de la puerta al abrirse. Alguna otra persona se abría escondido bajo las sabanas, pero yo me acerqué para ver lo que sucedía. Apenas salí del sótano vi a la gentil señora meciendose en la silla, de adelante hacia atrás incómodamente en la mitad de la sala.
-¡Oh, querida! ¿Tú tampoco puedes dormir?
-N...No, más bien, desperté repentinamente.
-Ya veo... entonces no es sólo conmigo...-¿Como? no entendía nada de lo que me estaba diciendo.
-Te despiertas a mitad de la noche... ¿No es así? ¿No te gustaría saber el porqué?
-¿El... porqué?-Dije, un poco confundida.
-Es muy sencillo, lo que ocurre es que ''alguien'' menciona tu nombre y por eso te despiertas así, sin una pizca de sueño.
-¿Pero acaso no hay muchas personas con el mismo nombre que el mío?- Dije, con tono burlón.
Ella, con una sonrisa en su rostro, dijo; ''Es que ese alguien que menciona tu nombre, lo hace susurrandote al oído''
Unos cuantos años después, en el periódico local salió una noticia que me dejó impactada. La gentil señora había muerto.
Siempre evitaba pasar por esa carretera, ya que me daba algo de miedo. Pero últimamente no me quedó más opción, debía salir de la ciudad. Esa casa color turquesa traía un cartel de ''Se vende'' lo cual me resultó demasiado normal. Pero cada tarde, podía verse salir humo de la chimenea. Un día, decidí bajar del coche para ver si había alguien allí intentando jugarme una broma.
Pero para mi sorpresa, allí no había nadie. Al menos eso creía, hasta que oí un ruido que provenía del sótano. Cuando abrí la puerta, quedé estupefacta, no podía creerlo. La señora que me había dado refugio aquella vez, estaba frente a mis ojos, extremadamente delgada, desnutrida. Se acercó a mí y susurrandome al oído dijo ''Isabel''
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